09 abril 2006

Se busca un anillo al interior de Santiago

Es una tarea difícil y quienes participan en ella lo tienen claro. Primero, porque la joyita a encontrar no se visualiza fácilmente. Segundo, porque no se trata precisamente de un anillo, entendido como algo completo y cerrado. Es más bien una secuencia todavía fragmentada que se recorre por una franja ancha, por una especie de frontera en la que convergen los límites de la comuna de Santiago con los de las otras doce que la rodean.

De todos modos, quienes lo conocen lo llaman Anillo, Anillo Interior de Santiago. Estamos hablando del Plan Estratégico que gestiona actualmente el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, dirigido a mejorar las condiciones urbanas y ambientales de 250 hectáreas de terrenos deteriorados y subutilizados, que estaban relacionadas con el antiguo Ferrocarril de Cintura de Santiago. En líneas generales, se trata de reconocer y valorizar elementos existentes en este sector, para luego incluir e ir sumando nuevos proyectos que den una continuidad a este espacio público.

La iniciativa comienza a gestarse el año 2000 desde dos ámbitos diferentes. Por un lado, el Directorio Ejecutivo de Obras Bicentenario distinguía este territorio como un elemento articulador de los distintos proyectos Bicentenario de Santiago. Paralelamente, la Facultad de Arquitectura y de Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile presentaba a la Comisión Bicentenario la idea de elaborar un plan para la reconversión urbana de esta misma zona, insistiendo en sus oportunidades de desarrollo.

Para el 2010 y en el marco del Bicentenario, habría ya algunos resultados. Se espera que ellos estimulen el interés y la participación de otros sectores y que sean más los que se sumen a este objetivo.

A continuación, una serie de pistas que permitirán al lector hacerse una idea de lo que es, de dónde viene y hacia dónde pretende dirigirse, aquello que se está trazando al interior de Santiago.

Por María Inés Silva. Artículo publicado en Revista Pausa nº7, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. Agosto 2006.


Pista 1: La partida. A fines del 2001, se le encomendaba al Directorio Ejecutivo de Obras Bicentenario (DEOB) el desarrollo de un plan para la reconversión urbana del Anillo Interior de Santiago. Desde ese momento, se da inicio a una serie de acciones como la incorporación a esta iniciativa de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), a través de su filial INVIA, la cual es dueña de la faja ferroviaria que articula al anillo y de grandes terrenos en torno a ella. Además, comienzan a ser recopilados los antecedentes y estudios realizados sobre ese territorio. Entre ellos destacaban la visión histórica desarrollada por Miguel Laborde, la presentación integral preparada por Hans Muhr, los trabajos de los arquitectos Víctor Gubbins, Jaime Valenzuela, Francisco Vergara y Gustavo Munizaga, y la tesis de título de los arquitectos Roberto Moris y Marcelo Reyes.

“El trabajo sobre el Anillo Interior de Santiago tiene una historia muy bonita”, explica José Rosas, decano de la Facultad de Arquitectura y Estudios Urbanos de la PUC. “Se origina como una inquietud de dos estudiantes de nuestra Escuela, Roberto Moris y Marcelo Reyes, quienes estaban interesados en llevar adelante un estudio del espacio y los intersticios que generaban los suelos abandonados o degradados en torno al antiguo Camino Cintura de Vicuña Mackena”.

Para Roberto Moris, actual Jefe de Gestión de Proyectos Urbanos del MINVU, la problemática estaba relacionada con el crecimiento de la ciudad. “Nuestra lectura era que la expansión hacia el norte, sur y oriente, se saltó los sectores industriales que rodeaban la línea de ferrocarriles. Y en estas zonas se produjo un abandono, dejaron de ser atractivas para la instalación de nuevas industrias y se produjo un deterioro de los sectores vinculados a ellas. Se generó así una especie de gran muralla, una frontera que separaba el centro de Santiago de las doce comunas que lo rodeaban (Recoleta, Independencia, Renca, Quinta Normal, Estación Central, Cerrillos, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel, San Joaquín, Macul, Ñuñoa y Providencia). Por otra parte, los municipios establecían sus planes reguladores hacia el interior y no consideraban esta zona -la cual corresponde a un encuentro entre comunas-, porque constituía la periferia de cada una de ellas y porque no era vista como un atributo. Entonces, nos parecía interesante que allí empezaran a emerger áreas singulares, vinculantes, que constituyeran una especie de link entre el centro más dinámico y estas comunas”.

José Rosas recuerda que uno de los aspectos interesantes de la propuesta universitaria era su doble condición. “No se trataba solamente de resolver una situación desde una perspectiva académica, en términos de producir un puente entre las comunas adyacentes a la de Santiago y de establecer nuevos espacios de proyectos. Ella promovía también un objetivo social, que era el de reconvertir las relaciones de comunicación entre los diferentes grupos sociales que rodean la comuna de Santiago, en el más amplio sentido de la palabra”, recuerda José Rosas.

Pista 2: Los inicios del Plan Maestro. El 2002, la consultora URBE gana la licitación del DEOB para desarrollar la propuesta metodológica que se aplicaría en la elaboración del Plan Maestro del Anillo Interior de Santiago. Ella debía considerar la participación del gobierno, los municipios, el sector privado y la comunidad. Además, esta asesoría privada debía trabajar también en la preparación de un diagnóstico estratégico y prospectivo, en el que se definieran objetivos generales y específicos, considerando las distintas visiones locales y las recomendaciones técnicas de los estudios realizados anteriormente.

Los resultados de estos trabajos quedaron contenidos en los documentos Visión de Desarrollo y Propuesta Estructural, a partir de los cuales se debía desarrollar el ansiado Plan Maestro. “Este debía ser una propuesta integral, que se leyera por el anillo completo. Sin embargo, esta lectura continua debía recoger también las particularidades que se manifiestan en este amplio territorio. No es lo mismo hablar del Persa Bío Bío que del Parque de Los Reyes. Cada uno tiene identidades bien definidas y diferentes”, aclara Verónica Serrano, actual directora de Arquitectura del MOP y que en esos momentos se encontraba a la cabeza del DEOB Metropolitano.

Por otra parte, el Plan debía identificar también acciones generales y específicas que fueran desde el ámbito de las propuestas normativas a las de inversión. Considerando la magnitud de la zona, se optó por dividir el territorio en cinco segmentos e invitar a cuatro universidades a presentar planos maestros específicos por sector que incluyeran posibilidades de proyectos
[1]. “Era una invitación a trabajar en conjunto, soñando a largo plazo, pero con tareas específicas que consideraran las condiciones reales que tiene el Estado y los municipios para impulsar estas transformaciones. Y durante más de un año, aplicando la metodología participativa, se realizaron reuniones y conversaciones intensas con los 13 municipios, con el fin de generar conciencia y acuerdos con respecto hacia dónde vamos y en cuánto tiempo”, explica Verónica Serrano.

De estas propuestas y de su posterior análisis, surge el Plan Maestro Integrado Urbano, el cual fue presentado a principios del 2003. “Y a partir de ese momento, las municipalidades comenzaron a acoger los temas y proyectos discutidos, incorporando algunos en sus planos reguladores como lineamiento para sus futuras inversiones. Se estableció una comunicación fluida entre los actores. Por ejemplo, si un municipio sabe que nosotros como MOP vamos a desarrollar una obra en la comuna, ellos se hacen presente, se discute, se evalúa y se planifica en torno a eso”, agrega Serrano.

Pista 3: Los cinco anillos. Como una manera de facilitar su comprensión y de resaltar su énfasis urbano, se han definido 5 líneas de acción, denominadas también anillos, que proyectan las diferentes dimensiones abordadas por el Plan. Patricio Montedonico, jefe de Proyecto del Anillo Interior en el MINVU, explica que estas directrices “parten del principio de rescatar y valorizar los elementos existentes para luego incluir e ir sumando nuevas obras y proyectos que darán una continuidad al espacio público”.

La primera es el Anillo Verde que busca agregar 65 nuevas áreas verdes y 23 kilómetros de ciclovía, en un circuito conformado, al norte, por los ya existentes Parque Bustamente, Parque Forestal y Parque de Los Reyes. Al sur, la contraparte será el futuro Parque de la Aguada (ver más adelante). Ellos estarán unidos por dos sistemas de boulevares, Vicuña Mackena al oriente, y Matucana y Exposición al poniente, en los cuales se construirán nuevas aceras, áreas verdes y se mejorará el perfil vial.

La segunda línea fue denominada el Anillo Conectado. Su objetivo es resaltar, promover y aprovechar los diversos medios de transportes que afectan la zona: las líneas de metro, ejes de transporte público, las autopistas, los terminales de buses interurbanos y la presencia de la Estación Central de Ferrocarriles. Este sistema hace que el sector del anillo sea estratégicamente accesible para una parte importante de los habitantes de la ciudad y permite una conexión y continuidad entre barrios.

En la tercera línea de acción, el Anillo Cultural, “reconocemos el Centro Cultural Matucana 100, la Biblioteca Pública de Santiago, la zona de los museos de Santiago Poniente, la Estación Mapocho, el Museo de Bellas Artes y el sector de Bellavista. La nueva oferta que se incorporará corresponde a espacios patrimoniales y culturales, principalmente de la zona sur, como la Maestranza de San Eugenio (ver más adelante)”, explica Montedonico.

El Anillo Diverso, constata la diversidad de barrios residenciales, comerciales e industriales de la zona y se propone ir ordenándolos. “Todo ha estado permitido en el uso de suelos, entonces se da que los espacios residenciales se chocan con los industriales y los comerciales, sin ningún criterio. Como consecuencia, ningún uso se da bien, no se puede reconocer la orientación de cada sector, no se percibe su identidad. El objetivo es reforzar la condición de heterogeneidad y la coexistencia de diferentes áreas, pero de manera agregada para no generar fricción ni deterioro urbano”.

Por último, se encuentra el Anillo Renovado que tiene como punto de partida el reconocimiento de grandes paños de terreno que es necesario renovar para atraer nuevas actividades e inversiones que revitalicen el sector. Y a partir de estas cinco lecturas del Plan, se desprenden los proyectos detonantes, entre los que se destacan el del Parque de la Aguada, la reconversión de la Maestranza San Eugenio y la construcción de la IV etapa de Parque de los Reyes.

Pista 4: La IV Etapa del Parque de Los Reyes. Se trata de 17 hectáreas que comienzan en el cruce de Balmaceda con Matucana. Ellas no se aprecian desde la calle porque existe un enorme terraplén que oculta la visibilidad. Es un sector eriazo, que tiene por un lado al río Mapocho y, por el otro, la Costanera norte. La primera etapa del proyecto, se realiza con fondos del MINVU y del municipio, es la continuación de Balmaceda hacia el poniente, como la Costanera sur. Ella pasará por encima del ferrocarril, se enlazará con la Autopista central y con la Costanera norte. De esta manera, el sector quedará conectado con el centro de Santiago, con Renca y a 10 minutos del aeropuerto. Una segunda etapa es la construcción de áreas verdes, en las que se podría instalar un centro deportivo, y la definición de otro sector para desarrollo inmobiliario y comercial.

Ya comenzaron algunas de las expropiaciones y el próximo año se daría inicio a los trabajos de construcción de la Costanera sur, desde el nudo central hasta la calle Carlos Sánchez. Las primeras obras estarían finalizadas para el 2010.

Pista 5: La Maestranza San Eugenio. Es un paño de 40 hectáreas que remata con el Parque de la Aguada y que pertenece a Ferrocarriles del Estado. Actualmente se utiliza sólo un tercio de este terreno. El objetivo del proyecto es convertir este sector en un nuevo barrio, integrado al existente, que permita revertir el deterioro urbano actual.

La antigua maestranza de Ferrocarriles, que se encuentra en la esquina más aislada, se mantendrá y se recuperarán dos edificios históricos: una chimenea y una de las dos tornamesas existentes, ya que la otra todavía funciona para Ferrocarriles. Para ello se está trabajando con el municipio y el Ministerio de Bienes Nacionales, con el fin de promover un uso cultural en estos equipamientos.

Este sector quedará inmerso entre áreas verdes (8ha), se insertará una trama que conecte la avenida Centenario y Exposición con una vialidad importante, se construirá una ciclovía y se generarán los espacios para vivienda (12 ha), educación (instituto o universidad), para actividades productivas (7 ha) y equipamiento (9ha). Las primeras tareas se refieren al cambio del uso de suelo junto al reordenamiento de la maestranza, las cuales están incluidas en el plan regulador de Estación Central. Se espera comenzar a vender los terrenos en el 2007.

Pista 6: Parque inundable en el Zanjón de la Aguada. Este proyecto se definió en el momento en que el Ministerio de Obras Públicas trabajaba en su plan de lluvias para Santiago. “Los colectores que llevan aguas lluvias desembocan en el Zanjón de la Aguada, el cual, en sus siete tramos, tenía un diseño que le permitía recibir 100 m3 por segundo. Sin embargo, ahora tiene que llevar 250 m3 por segundo. Eso implicó ampliar su capacidad en todos los tramos. De los 7, se hicieron obras en 6, las cuales consistieron en armar una gran canaleta”, explica Montedonico. “El tramo más complicado era el sector central, entre Vicuña Mackena y la calle Club Hípico. Y fue ahí cuando el MINVU se topa con el MOP y decidimos asociarnos para trabajar en esa zona”.

Las alternativas que se analizaban para ese tramo eran, en primer lugar, romper la bóveda existente en el Zanjón y construir una con mayor capacidad. La segunda, era una alternativa mixta: mantener la bóveda actual, romperla sólo en algunos tramos y construir otras bóvedas en las partes destruidas. La tercera consistía en hacer una bóveda paralela, y la cuarta, en construir un parque inundable.

Para el decano José Rosas, la alternativa del parque inundable significaba asumir este proyecto no sólo desde una perspectiva urbana, sino como una inversión social. “La gran innovación fue verlo en la escala del ecosistema del valle de Santiago y, por otro lado, entender que esas aguas exigían la construcción de una nueva obra para canalizar los excesos y los momentos de crisis que ocurrían cada 100 años. Entonces, por qué no utilizar el dinero que implicaba entubar, en la construcción de un parque inundable donde el agua fuera aprovechada a favor de la lógica de los espacios, como un elemento de mejoramiento ambiental y de integración social”, explica Rosas.

El proyecto incluye la definición de lagunas que se inundarán en los momentos de crecida. Los otros días del año, ellas serán utilizadas como canchas de fútbol y espacios de recreación. El resto de la zona es un valle que corre paralelo al Zanjón, que se inundaría cada dos años y que conduciría el agua de manera controlada. En tiempos de calma, funcionaría con una ciclovía y recorridos para paseos.

El 2007 comenzarían las primeras expropiaciones, el 2008, las obras, y se espera estar listos para el 2010. “Ya se han hecho estudios de arborización y sobre diferentes variedades de plantas que puedan resistir las crecidas de las aguas. Ha habido también un intenso trabajo con los municipios para acoger sus propuestas y necesidades, las que tienen que ver principalmente con la creación de espacios deportivos”, cuenta Montedonico.

Pista 7. Un primer recorrido. Para formarse una idea general del territorio en cuestión, se recomienda tomar un auto y partir de Plaza Italia. Bajar por la avenida Andrés Bello, bordeando el río Mapocho, y fijándose en el Parque Forestal y el Museo de Bellas Artes hasta llegar a la Estación Mapocho. Continuar por Balmaceda, en paralelo al Parque de Los Reyes, y seguir hasta topar con Matucana. Pasar por la Quinta Normal, La Biblioteca Pública de Santiago, el Centro Cultural Matucana 100 y cruzar la Alameda. Al seguir por Exposición hasta el fondo se llegará hasta la Maestranza San Eugenio para luego bordear el Zanjón de la Aguada. Subir hacia el oriente hasta dar con Vicuña Mackena y volver hacia el norte hasta llegar nuevamente a Plaza Italia.

Luego de este paseo y con la información a cuestas es posible comenzar a visualizar ciertas huellas que podrían orientar hacia el anillo. Sin embargo, para un recorrido más continuado habrá que esperar todavía algunos años. Estamos hablando de renovación urbana y, en este ámbito, los cambios suelen ser lentos. Por otra parte, conviene recordar que el Anillo Interior de Santiago es, ante todo, un plan estratégico, una iniciativa que ofrece un marco coordinador en el cual convergerán una serie de proyectos. Y que para gran parte de ellos habrá que buscar financiamiento.

De todos modos, entre los diversos actores que van a la delantera existe optimismo y una confianza generalizada. Uno de ellos es Verónica Serrano, quien afirma que “al estar alineadas las voluntadas políticas, al insistir en un trabajo coordinado entre cada uno de los ministerios y los municipios implicados, y al apuntar todos hacia el mismo lado, las cosas ocurren. No hay que ponerse ansioso por tener resultados inmediatos”.


Pista 8: Una bienal de arte contemporáneo por el Anillo Interior de Santiago
El 23 y 24 de marzo pasado, se realizó en el Centro Cultural Palacio de La Moneda el coloquio Del Monumento al Documento, donde uno de los temas abordados fue el análisis de las posibilidades económicas y logísticas para una Bienal de Arte Contemporáneo en Santiago.

Esta propuesta, contemplada en la agenda cultural de Michelle Bachelet, ha sido promovida por un grupo de personas que trabajaron en su comando, y que ahora siguen avanzado desde la ONG Proyect-América, creada por el ex mandatario Ricardo Lagos. Algunos de ellos son la artista Rosa Velasco, el director de la Escuela de Arte de la UNIACC Justo Pastor Mellado, Ricardo Brodsky y Regina Rodríguez de ProChile.

Durante el coloquio, la directora de arquitectura del MOP, Verónica Serrano, planteó como posible escenario para la bienal, el uso e intervención de espacios y edificios incluidos en el Plan del Anillo Interior de Santiago. “Uno de los aspectos importantes que analizamos en el desarrollo del Plan era la herencia patrimonial y cultural que abarcaba. Estábamos conscientes de la existencia de edificaciones y situaciones de entorno necesarias de cautelar y conservar en distintos niveles. Y es ahí donde está el vínculo entre en el Plan del Anillo y esta bienal. Finalmente se trata de sumar dos iniciativas que parten desde puntos distintos, pero que convergen en lo mismo: son los habitantes de las ciudades quienes se constituyen como usuarios y/o beneficiarios de estos proyectos”.

Después del coloquio, el grupo de Proyect-América no ha dejado de trabajar. Durante el mes de mayo, realizaron un primer recorrido por el cordón urbano de Santiago junto al jefe de Proyecto del Anillo Interior, Patricio Montedonico. Luego de esta visita, que les permitió visualizar de manera general el área de trabajo, Rosa Velasco explica que han comenzado ha trazar nuevas líneas de acción. “Como punto de partida, consideramos que cada una de las puntas del anillo, Plaza Italia, Estación Yungay, la Maestranza San Eugenio y la esquina de Vicuña Mackena con Valdovinos, podrían ser polos de difusión de la bienal. Además, nos interesa trabajar en el sector del Zanjón de la Aguada, donde existen tres edificios espectaculares que se podrían reparar y utilizar como pabellones de exposición. La idea es dar visibilidad a diferentes infraestructuras y sectores que no están establecidos como espacios culturales”, comenta la artista.


  • ¿Para cuando estaría programada la bienal?
  • En principio, para el año 2009.
  • ¿Y el concepto?
  • A pesar de que estamos en los orígenes, hemos definido que la bienal será el resultado de trabajos de residencias de artistas, implementadas en distintas zonas del Anillo.
  • ¿Y el paso siguiente?
  • Es visualizar cuáles son esas zonas. Por ejemplo, en el sector de la Estación Yungay, se encuentra una población de cartoneros. Ella podría ser un lugar de trabajo que recoja las condiciones y el medio de este grupo humano.
  • ¿Está definido el nombre del curador?
  • No todavía. Sin embargo, sí es un hecho que no será chileno. Por el momento, estamos realizando los trámites para crear una corporación o una fundación que lidere esta iniciativa y en la que participe tanto el sector público como el privado. Además, a fines de junio, organizaremos un seminario cerrado, dirigido por un curador latinoamericano con experticia en bienales. El objetivo es acercarnos, a través del análisis de casos, al “now how” de lo que significa la organización de un evento como éste.
  • ¿Y el perfil de los artistas?
  • En el estadio actual de desarrollo de la iniciativa, sólo nos encontramos en condiciones de decir que un porcentaje alto será gente joven que esté dispuesta a asumir el trabajo de residencia, que participarán artistas nacionales e internacionales, que se generarán las instancias de encuentro y discusión entre ellos, y que se trata de un proyecto abierto a la participación ciudadana.


[1] La Pontificia Universidad Católica de Chile trabajó en el Zanjón de la Aguada; la Universidad de Chile, en el segmento Vicuña Mackena-Isabel Riquelme; a la Universidad de Santiago se le asignó el eje matuca –Estación Central; la Universidad Central abordó el Parque de Los Reyes-Yungay, y el equipo del DEOB trabajó en la zona del Parque Bustamante y Plaza Italia.

Para más información: Anillo Interior de Santiago, un desafío de gestión urbana estratégica

www.obrasbicentenario.cl/anillointerior.cl/documentos.htm

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustaria mas informacion y fotografias